Columna de Opinión:
Por Daniela V. Moreno
Abogada y Licenciada en Ciencias Jurídicas.
Socia Estudio Serena Abogados.
EDUCADORA DE PÁRVULO Y PROFESORA GENERAL BÁSICA (1° ciclo).
Como ya es sabido, el día 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer declarado por las Naciones Unidas en el año 1975. Por lo mismo, hoy es un día para reconocer y homenajear a todas aquellas que lucharon literalmente hasta morir y otras que hoy trabajan sin cesar defendiendo los derechos de las mujeres y animándolas para que se desarrollen plenamente.
Podrán darse cuenta, que en el título señalé que este día es una historia de lucha, y claro que lo es, porque efectivamente lo fue y más aún, lo sigue siendo… y hoy con más fuerza que nunca.
Ahora bien, no olvidemos que la vida de la mujer en siglos pasados era aún más dura, estaba llena de limitaciones, la mujer no podía votar, no podía manejar sus cuentas, difícilmente obtener alguna formación académica, entre otras; y por lo mismo es triste pensar que el origen de este día reconocido internacionalmente estuvo marcado de un sinfín de episodios llenos de valentía y de dolor. Es más, uno de ellos se remonta precisamente a un 8 de marzo de 1857 donde miles de trabajadoras textiles salieron a las calles de Nueva York para marchar y protestar por las deficientes condiciones laborales y el fin del trabajo infantil. Es más, otro hecho, quizás el más brutal ocurrió en 1911 cuando se incendió la fábrica de camisas Triangle Shirtwaist de Nueva York donde murieron un centenar de mujeres.; y así otros tantos sucesos, luchas, conferencias internacionales y marchas de mujeres donde alzaban su voz, desesperadas por ser escuchadas.
Sin duda, el día Internacional de la Mujer es un buen momento para reflexionar y recapacitar acerca de los avances logrados, de los cambios que aún faltan por conseguir y, celebrar el tesón y la valentía de mujeres que han jugado un papel clave en la historia. Y me quiero detener un segundo justamente ahí, en el papel que jugamos todas nosotras para lograr cambios, en lo importante que es la participación social en sus distintos grupos y niveles para ir generando cada vez mayor crecimiento y desarrollo.
Si lo pensamos bien, las mujeres de hoy SI participamos activamente, nos organizamos para marchar cada vez que podemos en las distintas calles de Chile y hemos logrado captar la atención del mundo entero, otras aportamos a conciencia desde nuestras propias disciplinas y oficios, y otras también aportamos educando en nuestros propios hogares; para mí todo eso es importante, e incluso los esfuerzos individuales que también son loables y merecen ser valorados.
En ese orden de ideas, quiero aprovechar de hacer una mención, más bien un reconocimiento a Karen Blanco S., Trabajadora Social en su calidad de colaboradora Externa a nuestro equipo de Serenaabogados y amiga, que, pese a no siempre coincidir en ciertas convicciones e ideologías, es quien desde su trabajo profesional y por sobretodo personal realiza la noble labor de educarnos, motivarnos y orientarnos en la búsqueda de la igualdad de género.
Ahora bien, algunas creerán que su participación poco y nada ayudará a modificar nuestra sociedad, ¡ERROR! ¡CLARO QUE SÍ ES UN APORTE! Por ahí leí un excelente ejemplo para esto: cuando una persona lanza una piedra al agua se generarán inmediatamente ondas, sin saber cuántas son ni los alcances que llegará a tener. ES LO MISMO!!! Si no tiras la piedra aun cuando sea minúscula, no existirán ondas en el agua, ni por pequeñas que sean, NO CAMBIARÁ NADA, al contrario, con el tiempo esa agua sólo quedará estancada.
Para que existan cambios, se necesita de la participación de TODOS y así no se produzcan estancamientos.
Si nos damos cuenta, han pasado más de cien años, y aún sigue esta batalla incansable por poner fin a la violencia y discriminación hacia la mujer en todas sus esferas.
En mi opinión y sin querer que se confunda con un discurso político (que es lo que menos quiero), en Chile aún sigue siendo muy difícil ser mujer, y aunque hemos avanzado (desde tener el derecho a votar hasta la paridad de género en el marco constituyente aprobado por el Senado hace unos días) nos falta muchísimo más y es por eso que la lucha continúa.
Ahora, no puedo terminar si no antes expresar mi más grande y honesta admiración por aquellas mujeres que han marcado la historia, por aquellas que hoy seguramente estarán marchando pacíficamente en las calles de nuestra ciudad y en las de todo Chile, por aquellas que han sido violentadas y han logrado salir adelante, por aquellas que desgraciadamente ya no están, por aquellas que sin haber sufrido violencia luchan por las que hoy sufren (Sororidad), y también por ellos, SÍ! por los hombres que SÍ nos respetan, nos valoran y están con nosotros en esta lucha…